Crepúsculo gris,
los muchachos juegan al balón
bajo la lluvia,
sus cuerpos jadeantes mezclan
el joven sudor con las gotas frias;
empapados no sienten
el viento helado
que se levanta.
Rostros rojos, risueños,
ajenos a la interperie y bailan
en la pista de plata.
Nada importa
porque un instante después...
...todo es olvido.
Quizá, ya, en la flor de la senectud
cuando el telón amenace
el fin de la función,
en un crepúsculo gris,
recuerde alguno que,
de muchacho
jugó al balón bajo la lluvia.