EL FANTASMA DEL RINCÓN
Tanto se asomó al río que ya es del río, ese río que también es mío y de ellos.
Ellos, los muchachos , son el mismo río que fuera de su cauce discurren por la tierra, a veces turbulentos por la correnteras, a veces calmo en las tablas y lagunas.
Se acercan a él, jubilosos, los atrae y a veces como el Árbol del Fantasma, los atrapa, los inunda y se adueña de su último suspiro.
¡No lo culpes!. Son la misma alma. Río y muchachos son UNO.
El “Pescue” se ahogó cuando desde el árbol piel fantasma quiso probar las frescas aguas del río en un día caluroso de la recién nacida primavera. Lo ciñó el río con su abrazo mortal y lo inundó.
“EL FANTASMA DEL RINCÓN” ya es sólo eso un fantasma. En la mente de quienes lo emplearon para su solaz, miles de chiquillos y muchachos escalaron su tronco para desde sus ramas zambullirse en la aguas obscuras del “Charco de los Pollos” en las tardes tórridas vernales.
Era el de mejor porte de las orillas, su inclinación hacia el cauce le ha costado la existencia.
Muere con el “pescue”, por la injusticia de los hombres.En el recuerdo de los que por allí pasaron quedará su cuerda amarilla de ahorcado.
¿Por qué no secamos el río?
Hmi.trescincoseis
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.