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domingo, 8 de agosto de 2010

Ensombradas tardes. 131200

Si en las ensombradas tardes
de un otoño gris,
encontrase tu mirada alegre
tu sonrisa y,
el áurea tibia de tu paz sublime.

Si en crepúsculos obscuros
sintiera tu presencia junto a mí.
Tu sombra fundida en la mía.

Si supieras que estás tan cerca
que me aleja de tí tu amor,
tu anhelado amor.

Si supieras que,
cuando a nuestro alrededor
todo se hunda,
sólo quedaremos tú y yo:
tu presencia etérea y
mi nostalgia añeja.

Quién nos erigirá en el exponente
de la presencia del amor, que,
por siempre y,
para siempre, pervivirá.

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