¡SE EQUIVOCÓ LA PALOMA...!
(Cuento
frío)
Había
llegado la primavera, el comedero, no había sido todavía localizado por los gorriones
vocingleros que ya empezaban a criar.
Un buen
día, apareció uno. Un pequeño macho,
que
alertó a sus congéneres del lugar de la fácil pitanza.
Y,
desde entonces, el balcón se llenó de juguetones " gurriatos".
Yo los
observaba desde "mi cueva" y
los
alimentaba para que aliviaran mi soledad.
A
principios del verano, ya bajaban con sus crías crecidas y
allí,
en el mismo alféizar de la ventana, los alimentaban
Una
mañana, apareció una paloma zurita, ronroneaba y todas las tardes me visitaba y
me daba compañía.
Más
tarde, vinieron más y las dejaba hacer.
Vencido
el estío, apareció el "pollo-pera", el chulo, engreído y fatuo.
Sembró
la discordia entre el resto de las palomas,
y los
gorriones dejaron de acudir.
El
presuntuoso, arrogante, se acostaba desafiante en el comedero,
mirándome
descarado exigiendo su ración de grano.
Su
atrevimiento lo llevó a entrar, incluso
en mis territorios y
llegado
el otoño, decidí acabar con tanta chulería y prepotencia.
Aquella
tarde, llené bien el comedero y sobre las semillas,
lazos
de sedal, hilos de pesca, con un cabo atado al balcón.
Cuando
llegué en la noche a mi "cueva", salí al balcón y el codal,
no
estaba.
Tire
del cabo y al otro extremo, tieso, colgaba el palomo,
grande
como un pollo picantón, muerto.
Sólo me
molesté en cortar los hilos y dejar caer al presumido y alborotador matón,
al
jardín trasero.
En la
mañana, había desaparecido...
La
armonía ha vuelto al balcón y el estúpido, presuntuoso,
engreido
y fatuo, descansará en la panza de algún gato callejero,
que
habrá agradecido al cielo tan buen regalo.
Enseñanza.-
No te creas el amo del gallinero,
que la
cocinera tiene un cuchillo y el día que quiera,
hace
contigo una "pepitoria"
´
Marcial-Jesús Hueros Iglesias
Octubre 2012
Venta de los contrabandistas. Irene.
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