LA MUÑECA.
Marcial-Jesús HUEROS IGLESIAS.
Desde el ventanal, por el que entraba la luz a raudales, se apreciaba el cuidado jardín siempre florido, donde a veces jugábamos.
El oso Jonás era muy divertido y de
peluche blando,
mi favorito...
Hablar de todos sería imposible:
¡Éramos tantos y tan queridos..!
pero, yo era la princesa.
Allí, en mi bonita cuna,
la vida era plácida, en susurros y
arrullos.
Creo
que nunca tendré tanto amor
cómo en aquella sala azul, que daba al
jardín verde.
Me acunaba, me abrazaba, me acariciaba,
me vestía;
una princesa en los brazos de una Reina.
Un día que el Invierno llegó, carreras,
gritos por los pasillos, llantos, y...
el silencio de aquella estancia.
No apareció más el hada madrina
de los tirabuzones rubios y ojos como el
mar.
Entonces...
el silencio, la oscuridad, el intenso
olor a naftalina
de aquella caja en el altillo del
armario del fondo.
Algunas veces sentí la tormenta mientras
envejecía
pero nunca volvieron las risas...
Ahora...
Estremoz. 15 de Agosto de 2013.
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