martes, 1 de mayo de 2012

LA LUNA MENTIROSA. (CUENTOS DE LOS MUCHACHOS DEL RINCÓN)

LA
LUNA
MENTIROSA
(CUENTOS DE LOS MUCHACHOS DEL RINCÓN)
29072001


Era casi la noche bajo los chopos de la charca azul. Septiembre desnudaba lenta pero concienzudamente  todo aquel esplendor de follaje que lucieron los árboles de la primavera y el verano tórrido.

Andrés, tumbado en la hierba de la orilla con sus ojos miel, escudriñaba atento a las hojas que se mecían en el vientecillo del anochecer y caían a miles sobre el muchacho.

Ya muerto un verano que había cubierto de obscuro su limpia piel que siempre desafiaba los soles de la canícula. No le importaba vagar por aquellos andurriales con sus compañeros a pleno sol que amenazaba con derretir piedras.

¿Mañana?, ¿Pasado mañana? Volvería al maldito internado de ladrillo visto, vetusto edificio serio, reino de la disciplina que encerraba sus ilusiones de libertad por todo un paciente invierno. Días monótonos de frío y lluvia, recordando tras los helados cristales: los lentos amaneceres, los baños en las charcas, el acecho a los jilgueros; las cañas huérfanas de los esquivos peces. ¡Ay! La Libertad.

Lo que más amaba, el sol presidiendo su mundo, torso desnudo robándoles a los nectarinos sus frutos, sintiendo correr en su joven pecho el jugo mostoso de la fruta.
¡Con que avidez los aprisionaba en sus blancos dientes y ajeno los dejaba desangrarse entre sus labios. En calzoncillos se zambullía en las frescas aguas del río para lavar su frutal pecado de hurto.

Miraba a su primo el “Pinfa” que era menudo, lechoso, de modos amanerados, como si estuviera crudo.

En su pecho se hundía el esternón como un cuchillo, pero era hirsuto, contrastando su frágil y poco agraciada escultura con abundancia de pelos en las axilas y las piernas. No tendría más de dieciséis y Andrés con catorce envidiaba aquellas efusiones pilosas y se reía de él.

-          Mi primo es medio maricón- y seguía tumbado en la yerba reposando la cabeza entre ambas manos.

Mañana…. Pasado mañana, vuelvo al internado, pero ¡hoy es hoy!
Pinfa, primo, que me voy o mejor me llevan. Has visto la luna…allí no es igual, no luce lo mismo, no se siente igual; parece como triste, apagada, sombría.

Cuando me levanto en la noche, oigo la respiración de mis compañeros que duermen en mi misma sala y me asomo a la ventana, respiro el aire decembrino , pero no  es mi luna de libertad.

No es la misma que me alumbra en las noches de caza a la dormida de los gorriatos.
La misma que me viste de plata viva cuando salgo desnudo de la charca azul, la que nos acariciaba  el semblante cuando dormíamos  en el río, cobijados por ramas de atarfes y adelfas. Esa que se ocultaba púdica con la presencia del sol.

Andrés ¿Tú sabes que la luna es mentirosa.
-Si, como las mujeres
-Eso, cuando la vez en el cielo y te parece un trozo de uña cortada y forma la letra
“C”“
-¿?
- Pos no , te está escribiendo en el cielo una “ C” o sea, que está creciendo a llena ¿no? Pues como es mentirosa esta menguando y al contrario si tiene forma de “ D “ es que está creciendo.
-  Si como las mujeres.
- Y hay más, continuó el “Pinfa” parece que recorre el cielo hacia el oeste ¡Pues es mentira!  Porque se desplaza hacia el este.
-¿?
-  Por la rotación de la tierra

-¡Coño! Vístete y vamos pa casa que es muy tarde. ¡Lo que sabe mi primo medio maricón!


Los personajes existieron  270901. Andrés XV . Fernando el “Pinfi”. Un día canicular a la orilla del Guadiana.




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