VIEJO
Marcial-Jesús
Hueros Iglesias.
B.Eloy
30 de Septiembre de 2003.
Añoranza
de las frías noches de tormenta,
con
el cielo iluminado y las sombras de los alisos,
acechando.
Resplandores
de rayos lejanos,
que
rasgan el cielo oscuro de densas nubes.
Llueve,
llueve y el repiqueteo de las gotas
en
los bayones del chozo,
entonan
las melodías de los inviernos.
¡Cuanta
paz!...abrigado por el amor de la lumbre
de
tueros de encina, ¡Cómo se liberan las chispas!
almas
de antepasados que duermen en el corazón
de la
seca madera.
Se
sienta al sol, como astro de juncos y deja
vagar
su imaginación, recordando otros tiempos,
otras
gentes, otros mundos, otras ilusiones...
otras
esperanzas.
Hasta
él llega la sinfonía ancestral del viento,
sondando
los entresijos de la alameda;
como
arranca mil y un sonidos, los arrastra,
los
humilla y los somete al origen.
El
humo del lar lo hace llorar,
no
sabe si por muertos o vivos...
será
simplemente, que en esta paz,
en
esta noche oscura
están
solo él, el fuego y...Dios.