Meteorología.
19 de enero en Un pueblo de la Baja Extremadura.
Llegué al pueblo temprano. Nada apetecía más que un
humeante y aromático café ardiendo. Dentro, en la penumbra del bar sólo un
parroquiano a medio afeitar, con la boina calada y la colilla apagada entre los
labios.
Hablar por hablar.
-¡Buenos días, como está el tiempo, en plena
Ciclo-génesis explosiva!
-¡ Si, la orilla está joía, jace un frío, un viento y
una lluvia del "carajo"!
Me tomé mi café en silencio.
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