MUÑONES.
Marcial-Jesús Hueros Iglesias. La Casona Alta. 25 de
Abril de 2014.
No
tendría más de quince años, lo vi bajar al río con paso alegre, silbando algo,
ausente. No era muy alto, ni bajo, pero estaba armoniosamente formado y su
agraciado rostro enmarcaba una sonrisa cuando se paró a mi lado, en la orilla.
No podía verme, estaba sentado a la sombra entre los árboles, y entre el y yo,
setos de atarfes y adelfas.
Enseguida
descubrí su intención de bañarse, se sentó y de desprendió de unas viejas
zapatillas, de la camisa sucia y el andrajoso pantalón.
Sólo
cubierto por un calzoncillo, pude admirar su espléndida anatomía, su cuerpo
broncíneo de gitano joven, su pelo azabache,
cejas y pestañas negras como carbones brillantes, fruncía sus labios
rojos mientras silbaba distraidamente alguna melodía indefinible, al tiempo que
veía sin mirar nada.
Era
verdaderamente bello y la pátina de suciedad, acentuaba su atractivo.
En
ello estaba mi pensamiento, cuando algo llamó mi atención poderosamente,
dejándome por un momento impactado...,tras su antebrazo izquierdo...¡La nada!
Se
quitó los calzoncillos para introducirse en el agua y se volvió hacia mi, sin
verme, completamente desnudo.
No
puede por menos que sonreír al descubrir, que la Naturaleza no le había privado
de nada, sólo que...¡Se lo había repartido mal!
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