ESTÍO
Derretíase el sol sobre las choperas de las orillas
mientras bebía lentamente las verdíneas aguas
del río.
Ardían los lirios agostados, agónicos ya lejos
de las orillas nuevas del estiaje.
El cielo dolorosamente azul reclamaba
algún dibujo algodonoso que rompiera la monotonía
Lacias flores de atarfes y adelfas colgaban
Muertas, marchitas. Huérfanas de vida.
Flama-crema que no se atrevía a cortar la brisa.
2005. Estiaje del Guadiana
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