Hogaño, no hay petirrojos en el jardín,
diminutos, frágiles de pecho encendido en sangre.
No han llegado,
la mañana brumosa y triste
no se alegra de sus persistentes trinos
No cantan al amanecer como antaño,
cuando escondidos
en los arbustos,
llamaban a la vida en el tránsito invernal.
No vuelven porque este mundo,
ya no es su mundo.
Aman el frio y ya no hay frio,
aman las noches heladas
pero ya no hay noches gélidas.
Lapaz 11/06
Hoy, he entrevisto uno, cantaba
tímido en una rama del árbol del amor,
brillante por la niebla-llovizna.
No se asustó; sólo me dejó contemplar por unos momentios
su frágil silueta.
Lapaz 10/01/07
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