VICTOR.
Un alarife que a la caída del sol de Invierno,
baja a la orilla y allí nace de sus rudas manos,
piedra a piedra, pizarra a pizarra y crudo cemento
un túmulo levantado en recuerdo triste
del hijo perdido.
Meses atrás, el puente, la noche y el rugido de una
juventud voraz, ávida de todo.
En la madrugada, el abismo; la muerte entre atarfes,
adelfas y odorífero poleo.
Ya no habrá mañanas, las estrellas mudas se hacen
presentes en la escena acompañando las cuatro
luminarias . Ya no hay nada…
Sólo la ilusión de un alarife que a la caída del sol….
Marcial-Jesús Hueros Iglesias
Badajoz. 180108
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.