A MI HIJO
Miro el ayer,
sí volviera otra vez el tiempo que fue,
no hubieran muerto todos los recuerdos.
Si no hubiese luchado por hacerte libre,
grande, y hermoso.
Si mis manos y mi aliento,
no te hubieran modelado tan pronto
dejando, que las rutinas me cegasen
y hubiera recalado más en ti.
Si pudiera volver atrás y atrapar
de nuevo, tu barro entre mis dedos torpes:
¡No quedaría ni un poro de tu piel
qué no hubiera sido mío!
¡Sangrarían mis labios
de, inacabables besos!
¡Descarnaría mis manos en cálidas caricias!
¡Detendría el tiempo en mis ojos, para, eternamente, dormido…
mirarte!
¡Fijaría en mi memoria la fragancia de tu infantil existencia!
¡Bebería tu mirada viva
hasta saciarme de ti!
¡Bailarían mis ojos, una y otra vez,
sobre todo tu cuerpo!
¡Escucharían sin horas mis oídos, el pálpito de tu cuerpo y
tu acompasado respirar en la fría noche!
¡Envolvería en mi mar de brazos tu ser, como el aire cariñoso y suave
de los amaneceres. Mi cuerpo sería tu puerto seguro!
¡NO QUERRÍA MÁS VIDA, SINO OTOS, MIL SENTIDOS PARA SABERTE!
Pero…
Los desvelos y los miedos aturdieron mis sentidos,
Olvidando, tú sola e inabarcable presencia.
No viviéndote como ahora quisiera haberte vivido.
¡Qué pena que tuviera tanta prisa!
A mi hijo.
Camino de ESTREMOZ a
10 de Julio de 2010.
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