Helaba en el parque
y a la luz mortecina que te prestó una farola
al cruzarme contigo.
Ibas llorando.
El brillo de las lágrimas en tu cara triste.
!No harías más de catorce!
No me atreví a decirte nada.
¿Quién era yo para entrar en tu joven vida?
!Nadie tan nuevo debería llorar!
!Nadie tan joven debería llorar sólo!
No te dije nada, y...
perdí la oportunidad de haberte y
haberme ayudado.
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